Mientras millones de colombianos luchan diariamente contra la inseguridad alimentaria y la desigualdad social, un preocupante fenómeno fiscal persiste: los superricos del país, quienes concentran una porción desproporcionada de la riqueza, logran evadir, eludir y, en última instancia, pagar menos impuestos que los sectores más vulnerables de la sociedad. Esta paradoja, lejos de ser un mero contrasentido, profundiza las brechas sociales y limita el desarrollo del país, según un reciente y revelador reportaje del Diario El País y diversos estudios y voces expertas.
Una cruda realidad: la desigualdad tributaria en cifras
Un reciente informe de Oxfam, publicado en enero de 2025, ha puesto en evidencia una realidad chocante: los multimillonarios colombianos pagan proporcionalmente menos impuestos que los más pobres. Mientras una persona del 1% más rico pagó en promedio 17 centavos por cada dólar de ingreso hasta 2021, una persona del 50% más pobre desembolsó 21,1 centavos por cada dólar. Este dato “desmiente el mito de que las personas pobres y las clases medias no pagan impuestos, y muestra que es todo lo contrario”, concluye el documento.

Esta situación se ve agravada por la alarmante concentración de la riqueza. Cifras de la base mundial de datos de desigualdad revelan que el 1% de la población más adinerada de Colombia posee el 40% del total de la riqueza de los hogares, mientras que el 50% más pobre apenas alcanza el 2%. Esta concentración supera incluso la de América Latina, una de las regiones más desiguales del planeta. Con el 28% de los colombianos padeciendo inseguridad alimentaria, según el DANE, la debilidad redistributiva del sistema tributario nacional es un llamado de atención urgente.
Dos caras de la misma moneda: Impuestos regresivos y sofisticadas estrategias de elusión y evasión
Este desequilibrio fiscal encuentra sus raíces en dos razones principales. La primera, la estructura tributaria del país, que se apoya en gran medida en impuestos regresivos sobre los bienes de consumo, como el Impuesto al Valor Agregado (IVA). Todos los ciudadanos, sin importar su nivel de ingresos, pagan el mismo valor, afectando desproporcionadamente a los menos favorecidos. En 2024, el IVA representó casi el 30% del recaudo total (70 billones de pesos), mientras que impuestos directos y progresivos como el de renta de personas naturales y el de patrimonio, solo aportaron 22 billones y 1,4 billones respectivamente.
La segunda razón radica en las sofisticadas estrategias que los más ricos emplean para minimizar su carga tributaria. Luis Carlos Reyes, exdirector de la DIAN y exministro de Comercio, Industria y Turismo, explicó en entrevista con el Diario El País que la evasión tributaria en Colombia asciende a cerca del 8% del Producto Interno Bruto (PIB) anualmente. Esto se traduce en una pérdida de aproximadamente 136 billones de pesos en 2024, una cifra que, como señala Reyes, es “muchísimo” y supera con creces los niveles de evasión de países de la OCDE. “Si la evasión llegara a los niveles de países de la OCDE, alrededor de 2 puntos del PIB, se podrían destinar esos seis puntos de eventual recaudo para crear o fortalecer programas sociales que beneficien a las personas más pobres”, enfatizó Reyes.
¿Quiénes son los mayores evasores? La lupa sobre el 0,01% más rico
Un informe reciente de la DIAN sobre las normalizaciones tributarias, un mecanismo que permitía a los evasores regularizar su situación fiscal, ha arrojado luz sobre la identidad de los principales infractores. La investigación muestra que, a medida que aumenta la riqueza, también se incrementa la probabilidad de haber ocultado información a la administración tributaria. De hecho, el 97% de las personas que participaron en la normalización de 2019 pertenecía al 5% de adultos con mayor riqueza, y el 0,5% más rico del país regularizó el 91% de todo el dinero declarado por personas naturales en las normalizaciones de 2019 y 2020.

La situación es aún más crítica al examinar el 0,01% de las personas más ricas de Colombia. Un estudio de los investigadores Juliana Londoño Vélez y Javier Ávila reveló que, en las normalizaciones tributarias de 2015, 2016 y 2017, el 40% de estos ultrarricos (2 de cada 5) admitió haber evadido impuestos. Incluso en las normalizaciones posteriores de 2019 y 2020, cerca del 20% de este mismo grupo siguió admitiendo evasión. Este grupo, conformado por unas 3.700 personas con patrimonios superiores a los 9.800 millones de pesos, obtiene la mayoría de sus ingresos de capital, dividendos y ganancias ocasionales, no del trabajo, según otro informe de la DIAN.
Estrategias de evasión: Paraísos fiscales y estructuras empresariales complejas
¿Cómo logran estos individuos evadir y eludir el pago de impuestos? El informe de la DIAN destaca que los multimillonarios evasores ocultan su patrimonio en el extranjero, especialmente en paraísos fiscales. En 2019, cerca del 90% del dinero no declarado por el 0,01% más rico correspondía a activos fuera del país. Juliana Londoño, experta en evasión fiscal, explicó en entrevista con el Diario El País que el uso de estructuras complejas como fiducias o empresas en el exterior, particularmente en Panamá, es una práctica recurrente. “El secreto tributario que había hasta hace poco entre países les permitía a los más ricos eludir y evadir muchos impuestos en paraísos fiscales con facilidad”, afirmó Londoño, cuya investigación muestra que los evasores más ricos ocultaban un tercio de su patrimonio en el extranjero.
No obstante, gracias a los acuerdos de intercambio automático de información financiera con fines fiscales, la DIAN ha logrado identificar activos no declarados por un valor de 42,5 billones de pesos en 2021. Un informe de Oxfam de finales de 2024, titulado Paraísos fiscales, un reto pendiente para Colombia, subraya que en la última década, uno de cada tres dólares de inversión que entró o salió de Colombia pasó por un paraíso fiscal.
Otra estrategia común es la conformación de empresas familiares para descontar gastos personales como costos empresariales y reducir la carga tributaria. Adicionalmente, los ultrarricos subreportan sus patrimonios en las declaraciones tributarias, declarando valores fiscales mucho más bajos que el valor real de sus activos. Juliana Londoño y Javier Ávila han demostrado cómo los más ricos declaran su patrimonio justo por debajo de los límites para evitar pagar el impuesto a la riqueza o pagar una tarifa menor, recurriendo a la “inflación del monto de las deudas o subestimación de activos empresariales no reportados por terceros”. La combinación de estas estrategias y el uso de estructuras legales complejas, como fideicomisos, les permite manejar su patrimonio sin que esté directamente a su nombre.
Un sistema tributario progresivo que reduzca la desigualdad
La evasión de los más ricos no es un fenómeno exclusivo de Colombia; es un desafío global. El economista francés Gabriel Zucman, experto en sistemas fiscales, argumenta que los sistemas tributarios contemporáneos no logran gravar eficazmente a las personas con patrimonios muy altos, y propone un impuesto mínimo a los más ricos basado en el patrimonio, no en la renta, similar al acuerdo internacional del 15% de impuesto mínimo global para multinacionales.
Aunque Colombia cuenta con un impuesto a los patrimonios más altos, aún persisten retos significativos para combatir las estrategias de evasión. La falta de cumplimiento por parte de los más ricos socava la capacidad del Estado para redistribuir la riqueza y reducir las desigualdades, haciendo que el sistema tributario, que debería ser la principal herramienta para este fin, no cumpla su objetivo primordial.
La discusión sobre una reforma tributaria ambiciosa, que busca recaudar cerca de 20 billones de pesos, se avecina en el Congreso. Sin embargo, la realidad política y la falta de mayorías legislativas presentan un panorama desafiante para alcanzar esta meta. Con la evasión anual equivalente a aproximadamente seis reformas tributarias, el camino hacia un sistema fiscal más equitativo en Colombia se vislumbra largo y complejo, pero fundamental para el futuro del país.