Este martes, en una prolongada alocución a la nación, el presidente Gustavo Petro Urrego, presentó lo que denominó “verdades” y datos concretos para contrarrestar la “censura” y las “noticias falsas” que, proliferan en algunos medios de comunicación. El mandatario subrayó el derecho constitucional a la verdad y al pluralismo informativo, elementos cruciales para que la ciudadanía colombiana pueda formarse un juicio informado. Su intervención, calificada como una “defensa” pero fundamentalmente una “propuesta”, desglosó los avances y desafíos de su gobierno con el respaldo de gráficos y estadísticas.
La lucha contra la pobreza: Un hito histórico
Uno de los anuncios centrales del presidente Petro fue la reducción significativa de la pobreza monetaria en Colombia, que ha alcanzado el 31.8% a nivel nacional. Esta cifra representa el nivel más bajo registrado desde 2012, superando los resultados de administraciones anteriores. En 2012, la incidencia de la pobreza era del 41%, y llegó a un preocupante 43% en 2020, en medio de la pandemia.
A pesar de este logro general, el presidente destacó que la pobreza persiste con mayor intensidad en las zonas rurales (42%), un problema que vinculó directamente con la desigualdad social y la presencia de “terratenientes improductivos”. La visión del gobierno es clara: empoderar a los campesinos con sus propias tierras para que generen riqueza, un objetivo que Petro afirmó como la razón fundamental de su llegada al poder.
Desigualdad social: Un desafío persistente
Colombia, lamentablemente, se mantiene como uno de los países más desiguales del mundo, con un coeficiente Gini de 0.551 en 2024, una ligera mejora desde el pico de 0.56 en 2020. El presidente calificó esta desigualdad como “altísima”, incluso dentro de una América Latina que ya es la región más desigual del planeta.
Petro atribuyó esta persistencia a la falta de una reforma agraria y a la explotación laboral, llegando a comparar la situación con la “esclavitud”. Además, criticó la anulación parcial de su reforma tributaria por la Corte Constitucional, argumentando que esto impidió gravar a los sectores más adinerados, lo que, según él, ha resultado en una carga impositiva mayor para la clase media. La junta directiva del Banco de la República también fue señalada por mantener tasas de interés reales elevadas, lo que “premia a la cúpula de la pirámide económica” que vive de la renta financiera en lugar de invertir en la producción nacional.
Crecimiento del ingreso real y beneficios para los trabajadores
El mandatario resaltó un crecimiento del ingreso real per cápita para la población, especialmente en los quintiles 2, 3 y 4 (clase media y trabajadora), con promedios anuales superiores al 5%. Incluso el quintil más vulnerable experimentó un crecimiento del 2.9%.
Este crecimiento se atribuye directamente a políticas gubernamentales como el aumento del salario mínimo, beneficiando a trabajadores asalariados y parte de la población informal. Bogotá, en particular, ha visto una disminución acelerada de la pobreza, impulsada por su alta proporción de población asalariada.
Transición económica: De la extracción a la producción
El presidente Petro puso en tela de juicio el Producto Interno Bruto (PIB) como un indicador “malo” que no valora el trabajo no remunerado y contabiliza actividades que no generan riqueza real. Presentó datos que muestran una caída en la explotación de minas y canteras (carbón y petróleo), no por una directriz presidencial, sino por una disminución de la demanda mundial, una “decisión de mercado” que el gobierno respalda en su lucha contra la crisis climática.
En contraste, se evidenció un crecimiento sin precedentes en el sector agrícola, ganadero, silvícola y pesquero, con tasas de crecimiento de dos dígitos. Esta dinámica, según Petro, marca el fin de la “enfermedad holandesa”, un fenómeno que lleva a un país a depender excesivamente de la exportación de un solo producto, descuidando otros sectores productivos. La transición energética y económica es presentada como una medida “urgente e inmediata” para salvar a la humanidad del calentamiento global y diversificar la economía colombiana.
Reservas de hidrocarburos y el futuro de Ecopetrol
En cuanto a las reservas, se afirmó que las de carbón alcanzan para 92 años, mientras que las de petróleo se mantienen estables en 7 años. Las reservas de gas, sin embargo, han disminuido de 9 a 6 años, generando un debate sobre la necesidad de explorar más o reducir la demanda.
El presidente instó a Ecopetrol a transformarse en un generador de energías limpias, advirtiendo que, de lo contrario, la empresa “va a quebrar” si se aferra únicamente al petróleo. También criticó el precio de la energía eléctrica en Colombia, que se fija según el generador más costoso, en lugar del costo de producción basado en fuentes renovables, calificándolo de “estafa”.
Educación: Hacia una sociedad del conocimiento
La educación es el principal gasto del gobierno, y el presidente defendió la educación pública y gratuita frente a intentos de privatización. Un logro destacado es la adición de 190,504 nuevos cupos en la educación superior pública desde 2022, con el objetivo de alcanzar 500,000 al final del plan de desarrollo.
La política de gratuidad ha beneficiado a 900,000 estudiantes en el primer semestre de su gobierno, una cifra superior a la del período anterior. Esta política también ha incidido en la reducción de costos de matrícula en universidades privadas al eliminar subsidios estatales. La cobertura total de la educación superior ha alcanzado un histórico 57.53%, cerrando la brecha entre la cobertura rural y urbana.
Sistema de Salud: Cuidando la vida y enfrentando a los “vampiros”
El sistema de salud, el segundo mayor gasto público, fue presentado como un derecho fundamental. El presidente expuso datos que, según él, demuestran el “éxito total” de la política de salud preventiva: la mortalidad en menores de 5 años ha disminuido un 30.2%, la mortalidad perinatal un 32%, y la mortalidad materna un 40% respecto al gobierno anterior. Los casos de desnutrición aguda en menores de 5 años han caído un 42%.
Petro afirmó que Colombia posee “uno de los peores sistemas de salud del mundo”, contradiciendo la narrativa de la prensa y respaldando su afirmación con datos de la OCDE sobre mortalidad por causas prevenibles. Criticó duramente a los “vampiros de la salud” que, según él, se lucran con el sistema, e instó a la aprobación de la reforma a la salud para fortalecer el modelo preventivo.
La Justicia: Entre el respeto y la crítica a la “Traición a la Patria”
A partir de su alocución, el presidente Gustavo Petro Urrego abordó con vehemencia el tema de la justicia, enfatizando que en Colombia “a la justicia se le respeta”. Sin embargo, no dudó en criticar duramente a “colombianos que se van allá [a Estados Unidos] a destruir la justicia en Colombia, traidores a la patria”, diferenciándolos de una oposición digna y señalando que deben defenderse en los tribunales. Insistió en que los jueces deben ser completamente libres de decidir, sin miedo o arrodillados ante presiones de redes o prensa.
Petro vinculó la justicia con la paz, afirmando que “para la paz tiene que haber justicia”, y que sus decisiones, cualesquiera que sean, serán protegidas por su presidencia. Cuestionó fallos judiciales, como la decisión de la Corte Constitucional de “tumbar la mitad de la reforma tributaria”, específicamente el impuesto a los “más ricos y a los más dañinos”, lo que considera contrario al estado social de derecho y a la Constitución. Esto, según el mandatario, ha tenido la consecuencia de que la clase media pague más impuestos que los ricos.
También señaló a la junta directiva del Banco de la República como “culpa de que este Gini no baje” debido a la alta tasa de interés que “premia a los más ricos de Colombia”, una situación que, según él, la prensa oculta. El presidente acusó a un magistrado de tener “perjuicio político” y le pidió que “dejen de sabotear la aprobación de la reforma pensional”. Denunció que la justicia aún no permite eliminar la “estafa” en el precio de la energía eléctrica, instando a que se apruebe su nueva fórmula para que los precios de los servicios públicos se basen en el costo de producción y no en la “renta especuladora”. Finalmente, reiteró su crítica a los “vampiros de la salud” que impiden el fortalecimiento del sistema preventivo.
La prensa: Campo de batalla contra la censura y la manipulación
El presidente Petro inició su alocución posicionándose en una confrontación directa con lo que percibe como una campaña de “censura” y “noticias falsas” por parte de los medios de comunicación. Para él, su intervención fue una “manera de defensa” para “mostrar verdades” ante una semana “plena de noticias buenas, malas, para unos y otros, verdaderas y muchas falsas”.
Subrayó el “derecho constitucional de cualquier ciudadana ciudadano en un país democrático es el derecho a la verdad” y el “derecho a informarse de múltiples fuentes no de una”. Argumentó que el poder se ha desplazado de lo público a lo privado, y que por eso “le toca hablar también al presidente de la República que lo censuran todos los días”.
El mandatario lanzó acusaciones específicas de censura y manipulación, mencionando la “censura” del gran acto cultural de Santa Marta y la suya propia. Criticó que la prensa, tras su presentación del 20 de julio en el Congreso, “prefirieron hablar de chatarra y de hacer malas cuentas que de hablar de las evaluaciones reales del gobierno”. Afirmó que la prensa “no quiere repetir” que su gobierno ha logrado bajar la pobreza monetaria a niveles históricos y que ha “ocultado” la responsabilidad del Banco de la República en el estancamiento del coeficiente Gini.
Denunció que la prensa “silencia” los datos de la OCDE que demuestran que Colombia tiene “uno de los peores sistemas de salud del mundo”, y los calificó de “mentirosos” por afirmar lo contrario. Directamente les dijo que “no tienen el derecho a mentir solo para que uno de sus amigos que les hacen crecer las utilidades o a los propietarios de los medios de comunicación sea presidente”, acusándolos de “estar mintiendo para manipular el pueblo para que un candidato de los dueños de la prensa de los más ricos de Colombia sea el nuevo presidente de Colombia” y de ser “amigos de los hacendados” que intentan presionar con mentiras.
Relación con Estados Unidos: Injerencia y fuga de capitales
La relación con Estados Unidos también fue un punto de fricción en la alocución presidencial. El presidente denunció la presencia de “colombianos que se van allá [a Estados Unidos] a destruir la justicia en Colombia, traidores a la patria”, quienes, según él, irrespetan la justicia y sugieren que los jueces deben estar presos.
Petro también abordó el tema de la riqueza y la evasión fiscal, señalando que “los ricos de Colombia se están llevando la plata fuera de Colombia y no pagan impuestos”, mencionando que algunos de los más ricos “se fueron a vivir a Estados Unidos junto al gran par de Nueva York”.
Finalmente, al hablar del modelo económico y de salud, el presidente comparó la situación de Venezuela, que sufrió “hambre” por un “bloqueo de los gringos”, y criticó que el sistema de salud colombiano, con la Ley 100, “lo que hizo fue imitar a los Estados Unidos”, que a su vez tiene “uno de los peores” sistemas del mundo.
En resumen, la alocución presidencial se presenta como un acto de contra-información ante lo que el presidente percibe como una campaña de censura y manipulación mediática. Petro defiende su gobierno con datos y estadísticas, argumentando que se están logrando avances significativos en la reducción de la pobreza y la mejora de la salud y educación, a pesar de los obstáculos generados por élites económicas, ciertos sectores de la justicia y una prensa que tilda de sesgada y mentirosa. La influencia de sectores económicos y políticos, incluso desde el extranjero (EE. UU.), es vista como un factor que perpetúa la desigualdad y frena el progreso social en Colombia.