En un hecho sin precedentes para la política de financiamiento exterior, Colombia se ha convertido en el miembro más reciente del Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), la institución multilateral creada por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. La confirmación llegó este jueves a través de la canciller Laura Sarabia, quien en su cuenta de X celebró que “este ingreso trasciende lo financiero y amplía nuestro horizonte. Seguimos abriendo camino hacia nuevas oportunidades para el país”.
La aprobación de Colombia fue anunciada por la presidenta del NDB, Dilma Rousseff, durante un encuentro con el presidente ruso Vladimir Putin en el marco del Foro Económico Internacional de San Petersburgo. Rousseff destacó que, junto con Uzbekistán, nuestro país “abre una gran oportunidad para acceder a créditos de infraestructura en condiciones preferenciales”. En el mismo evento se informó que Etiopía e Indonesia se encuentran en proceso de aprobación.
La adhesión del país al banco de los BRICS obedece a la solicitud formal que el presidente Gustavo Petro presentó el pasado 16 de mayo en Shanghái. En esa ocasión, firmó la carta de intención —con la rúbrica del ministro de Hacienda, Germán Ávila Plazas— para suscribir un total de 5.125 acciones del capital autorizado del banco: 4.100 acciones exigibles (como garantía) y 1.025 pagadas en efectivo. Esta contribución equivale a un capital suscrito de 512,5 millones de dólares —alrededor de 2,1 billones de pesos—, cuya primera cuota deberá desembolsarse en los próximos seis meses.
Para el Gobierno nacional, la membresía en el NDB representa una diversificación estratégica de sus fuentes de financiamiento. Alejandro Toro, presidente de la Comisión Segunda de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, aseguró que “es un paso histórico hacia una nueva arquitectura financiera global” que permitirá a Colombia financiar proyectos de infraestructura, energías limpias, salud y desarrollo sostenible con tasas de interés más bajas y plazos más amplios que los ofrecidos por instancias tradicionales.
La incorporación al banco de los BRICS consolida la apuesta colombiana por estrechar vínculos con economías emergentes de alto crecimiento y por reducir la dependencia del dólar en las transacciones multilaterales. Además, sitúa al país en un espacio donde las decisiones se toman de manera más equilibrada, al margen de las tensiones arancelarias recientes con Estados Unidos. En definitiva, este hito marca el inicio de una nueva etapa para Colombia, con acceso a recursos frescos que impulsarán su desarrollo social y económico en los próximos años.