En una operación decisiva contra el narcotráfico transnacional, las Fuerzas Militares y la Policía Nacional incautaron 1.117 kilogramos de cocaína, junto con cerca de 170 litros de droga en solución y 150 kilogramos de insumos químicos, en la zona rural del municipio de Potosí, departamento de Nariño. La intervención, liderada por el Comando Contra el Narcotráfico y Amenazas Transnacionales (CONAT) del Ejército Nacional y la Policía, permitió desmantelar un laboratorio clandestino operado por los Comandos de Frontera, un grupo armado organizado residual vinculado a disidencias de las antiguas FARC.
La acción, realizada en la vereda Alto del Rosario, reveló una sofisticada instalación para procesar clorhidrato de cocaína, oculta en la densa vegetación de la región. Las autoridades confirmaron que la droga incautada—empacada en bloques con las marquillas «Piel Roja» y «Rolex»—tenía como destino final Centroamérica y el Caribe, con envío previsto a través del Pacífico colombiano. Se estima que el cargamento, con un valor de millones de dólares en el mercado internacional, formaba parte de una ruta clave para abastecer mercados globales.
Impacto estratégico en las redes criminales
Según inteligencia militar, los Comandos de Frontera—organización que financia sus actividades principalmente con el narcotráfico—planeaba transportar la cocaína para fortalecer sus estructuras ilícitas y expandir su influencia en zonas de conflicto. La incautación no solo representa una pérdida económica significativa para el grupo, sino que también reduce su capacidad operativa en territorios afectados por la violencia.
«Este es un golpe estratégico para la seguridad de Colombia», declaró el ministro de Defensa, Pedro Sánchez. «Cada gramo destruido significa menos dinero para los criminales y más protección para las comunidades. La Fuerza Pública no descansará hasta erradicar estas redes que se lucran del dolor ajeno».
Protección ambiental y comunitaria
Además de su relevancia en seguridad, la operación resaltó el daño ambiental causado por la producción ilegal de drogas. Los militares destacaron que la destrucción controlada del laboratorio evitó la liberación de químicos tóxicos en fuentes hídricas y ecosistemas frágiles, un problema crónico en Nariño, región rica en biodiversidad pero afectada por décadas de actividades ilícitas.
«Los grupos criminales vierten desechos químicos en ríos, contaminando hábitats y poniendo en riesgo a las comunidades», explicó un portavoz del CONAT. «Al neutralizar estos laboratorios, protegemos no solo la vida de los ciudadanos, sino también el patrimonio natural del país».
Compromiso continuo contra las economías ilegales
La incautación refleja la estrategia gubernamental de atacar las fuentes de financiamiento de los grupos armados. Datos del Ministerio de Defensa indican un aumento del 22% en las incautaciones de droga durante 2023 en comparación con el año anterior, aunque persisten desafíos en zonas remotas donde organizaciones como los Comandos de Frontera mantienen presencia.
Nariño, departamento fronterizo con Ecuador y estratégico para el tráfico marítimo, se ha convertido en epicentro de operativos antidrogas. Autoridades locales elogiaron la coordinación entre Ejército y Policía, basada en inteligencia precisa para localizar laboratorios escondidos.
Hacia el futuro
Pese al éxito, los mandos militares insistieron en la necesidad de mantener la presión sobre los criminales. «Esta operación no es aislada, sino parte de una campaña sostenida», afirmó el general Helder Giraldo, comandante del CONAT. «Seguiremos desmantelando laboratorios, interrumpiendo envíos y salvaguardando a las comunidades».
Para los habitantes de Potosí, la acción genera expectativas tras años de inseguridad. «Confiamos en que el Estado seguirá actuando», expresó María López, líder comunitaria. «Nuestros bosques y ríos son patrimonio de todos, no de los narcotraficantes».
Mientras Colombia enfrenta la compleja relación entre narcotráfico, crimen organizado y daño ambiental, la incautación de hoy reafirma el compromiso del Estado por recuperar territorios y restablecer la confianza ciudadana. Con más de una tonelada de cocaína fuera de circulación, el mensaje es contundente: las fuerzas de seguridad están más cerca que nunca.