El Ministerio de Educación Nacional otorgó la aprobación oficial para la creación del programa de Medicina en la Universidad de La Guajira, marcando un hito sin precedentes en la historia del departamento. Por primera vez, esta región, históricamente afectada por brechas en salud y exclusión educativa, contará con su propia formación médica pública, una iniciativa enmarcada en el compromiso del Gobierno del Cambio del presidente Gustavo Petro por descentralizar la educación superior y fortalecer el talento humano en zonas marginadas.
La autorización, recibida este mes, permitirá que jóvenes guajiros accedan a una carrera estratégica sin migrar a otras ciudades, reduciendo costos económicos y sociales que durante décadas los alejaron de sus comunidades. Además, el programa se convertirá en un pilar para revitalizar el sistema de salud local, especialmente en zonas rurales e indígenas donde la escasez de médicos ha sido crónica.
Formación práctica desde el primer día
El diseño académico del programa incluye 20 escenarios clínicos en hospitales, clínicas y centros de salud de toda la región, garantizando que los estudiantes tengan contacto directo con pacientes desde los primeros semestres. Esta estrategia, destacada por el ministro de Educación, Daniel Rojas Medellín, busca que los futuros profesionales comprendan y resuelvan las problemáticas sanitarias específicas de La Guajira, como la desnutrición infantil, enfermedades tropicales y el acceso limitado a servicios básicos.
“Estos jóvenes, que han crecido viendo las carencias de su tierra, serán los gestores del cambio. Formados en su propio territorio, atenderán a sus hermanos con compromiso y conocimiento local”, afirmó Rojas durante el anuncio, subrayando que la medida responde a una “instrucción presidencial” para llevar medicina a departamentos con altos índices de pobreza, como ya se hizo en el Atlántico y el Chocó.
Un paso hacia la justicia social
La creación del programa no solo aborda una necesidad académica, sino que representa un acto de reparación histórica. Según datos del DANE, La Guajira registra una de las mayores tasas de pobreza multidimensional del país (58,9%), y su sistema de salud enfrenta una ratio de 1 médico por cada 2.500 habitantes, lejos del estándar nacional (1:700). La falta de profesionales ha obligado a comunidades wayúu y afrodescendientes a recorrer horas en busca de atención, mientras jóvenes talentosos abandonaban sus hogares para estudiar en Bogotá o Barranquilla.
Con esta iniciativa, la universidad pública del departamento se suma a las 19 instituciones del país que forman médicos, consolidando una red nacional orientada a cerrar desigualdades. “No se trata solo de graduados, sino de construir identidad cultural en la práctica médica. Estos futuros doctores entenderán las tradiciones y necesidades de su gente”, explicó un vocero de la institución.
Impacto regional y nacional
Entre los beneficios más inmediatos destacan:
- Retención de talento: Se estima que el 70% de los estudiantes de pregrado en regiones marginadas migran para estudiar; este programa evitará esa fuga.
- Fortalecimiento del primer nivel de atención: Los egresados podrán trabajar en centros de salud rurales, priorizando zonas sin cobertura.
- Impulso económico: Se generarán empleos directos en la universidad y en los escenarios clínicos asociados.
El ministro Rojas resaltó que la decisión “no es un logro aislado, sino parte de una política de Estado para que la educación pública llegue a donde más se necesita”. En ese sentido, el programa incluirá becas integrales y alianzas con organizaciones indígenas para garantizar la inclusión de estudiantes wayúu y afrocolombianos.
Un horizonte de esperanza
Para comunidades como la de Uribia, donde el 92% de la población wayúu vive en pobreza extrema, la noticia ha generado expectativa. “Por fin tendremos médicos que hablen nuestra lengua y conozcan nuestros caminos”, comentó María José Epieyú, líder indígena. Mientras, jóvenes como Juan David Maestre, de 18 años, ven cumplido un sueño: “Ahora podré estudiar aquí, cerca de mi familia, y ayudar a los que más lo necesitan”.
La Universidad de La Guajira, que abrirá inscripciones en 2024, se prepara para recibir a sus primeros 50 estudiantes, con proyección de escalar a 150 en tres años. Como señaló el ministro, “esto no es el final, sino el comienzo de una nueva era donde La Guajira dejará de ser tierra de olvido para convertirse en faro de esperanza”.
Con este paso, Colombia refuerza su apuesta por una medicina con rostro territorial, recordando que, como dijo Petro en su mandato, “la salud no es un privilegio, sino un derecho que se construye desde cada rincón del país”.