La huminada habrá acabado con los recursos del planeta el 24 de julio de 2025.

La huminada habrá acabado con los recursos del planeta el 24 de julio de 2025.

Este 24 de julio de 2025, la humanidad cruzará un umbral crítico: el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra. Esta fecha, que llega ocho días antes que en 2024, señala el momento en que hemos consumido todos los recursos naturales que el planeta puede regenerar en un año. A partir de ahora y hasta diciembre, viviremos en “deuda ecológica”, explotando más de lo que la Tierra puede reponer, lo que equivale a necesitar 1,8 planetas para sostener nuestro actual ritmo de consumo.

La organización Global Footprint Network, en colaboración con la Universidad de York en Canadá, es la encargada de calcular esta fecha, utilizando las Cuentas Nacionales de Huella y Biocapacidad. Los datos son contundentes: en 2025, apenas en seis meses y 24 días, la humanidad ha devorado los recursos que la Tierra tarda doce meses en renovar. Este preocupante adelanto, el más temprano registrado en casi cinco décadas, es una clara advertencia sobre la insostenibilidad de nuestro modelo de producción y consumo.

Una deuda ecológica que crece exponencialmente

Desde 1970, la humanidad ha operado con un déficit ecológico, acumulando una deuda equivalente a 22 años de capacidad regenerativa global. Este sobregiro constante tiene consecuencias devastadoras: pérdida de biodiversidad, agotamiento de acuíferos, deforestación, erosión de suelos y una alarmante acumulación de CO₂ en la atmósfera. Estos factores, a su vez, exacerban la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos, como se evidencia en el aumento de 147 ppm de CO₂ sobre los niveles preindustriales.

La tendencia histórica es preocupante. Mientras que en 1971 la humanidad aún vivía dentro de los límites planetarios, a partir de los años 80 comenzó el sobregiro, adelantándose inexorablemente cada año. Este 24 de julio de 2025 no solo es una fecha, es un reflejo de un sistema que ignora los límites físicos del planeta en favor de una sobreexplotación desmedida.

Desigualdad en el consumo: No todos impactamos por igual

El impacto ecológico no se distribuye equitativamente. Si toda la población mundial viviera con el mismo nivel de consumo que los residentes de Estados Unidos, necesitaríamos cinco planetas para satisfacer esa demanda. Países como Australia (4,7), Rusia (3,8), Francia (3,3) y Alemania (3,0) también presentan huellas ecológicas significativamente altas. En contraste, naciones como India (0,7 planetas) y Colombia no figuran entre los mayores los paises de mayor impacto, aunque el promedio mundial actual ya exige 1,75 Tierras.

Global Footprint Network enfatiza que este sobregiro es un fallo estructural del mercado global. “Los sistemas económicos actuales incentivan la sobreexplotación porque no reflejan el verdadero costo de los recursos naturales”, explican. Este desequilibrio no solo daña al planeta, sino que pone en riesgo la seguridad alimentaria, energética y sanitaria de millones de personas, afectando especialmente a las comunidades más vulnerables, que ya enfrentan escasez de agua e inseguridad alimentaria.

Soluciones Urgentes para Revertir la Tendencia

A pesar del desalentador panorama, Global Footprint Network sostiene que es posible “mover la fecha” del sobregiro. Para ello, es imperativo aplicar políticas transformadoras en cinco áreas clave: ciudades, energía, alimentación, población y conservación del planeta.

La reducción del 50% de las emisiones de CO₂ provenientes de combustibles fósiles, por ejemplo, podría retrasar el Día de la Sobrecapacidad en tres meses. Además, la adopción de prácticas regenerativas y sostenibles por parte de empresas y ciudadanos es crucial.

El camino es claro: “Necesitamos inversiones masivas en transición energética, movilidad limpia, eficiencia alimentaria y restauración ecológica. Vivir dentro de los límites planetarios es una decisión política, no una utopía”, concluye el informe.

La fecha del 24 de julio de 2025 no es solo un recordatorio, es una llamada urgente a la acción colectiva. Gobiernos, empresas y ciudadanos tienen la responsabilidad de adoptar estrategias profundas y masivas para revertir esta tendencia y asegurar un futuro sostenible para las próximas generaciones.

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