La Joya de Montecarlo: La ostentosa mansión que no cuadra en las cuentas del Alcalde Pinedo.

La Joya de Montecarlo: La ostentosa mansión que no cuadra en las cuentas del Alcalde Pinedo.

Una imponente mansión de diseño moderno, valorada entre $4.000 y $7.000 millones de pesos, ha puesto bajo el escrutinio público al actual alcalde, Carlos Pinedo Cuello. Ubicada en los altos de Montecarlo, en un cerro visible desde El Rodadero, la opulenta construcción genera serios interrogantes sobre el origen de los recursos que la financian, contrastando drásticamente con los ingresos declarados por el mandatario durante su trayectoria política.

La controversia se ha intensificado a medida que se revelan detalles de la propiedad y del historial financiero de Pinedo. La mansión, de arquitectura blanca y cuadrada con grandes ventanales y una gruesa pared de seguridad, comenzó a construirse hace aproximadamente dos años, cuando Pinedo aún se desempeñaba como concejal de Santa Marta, percibiendo un salario mensual promedio de $13 millones.

Según investigaciones de la Revista Cambio, que ha puesto el foco en este caso, el patrimonio reportado por Pinedo en sus declaraciones de renta y bienes no parece ser suficiente para justificar una inversión de tal magnitud. En su declaración de renta de 2022, el alcalde reportó un patrimonio líquido de $877 millones. Más recientemente, en junio de 2024, detalló ingresos totales por $402 millones durante 2023, y declaró ser propietario de un apartamento valorado en $859 millones, un parqueadero de $18 millones y dos vehículos por $350 millones, sumando además deudas por $486 millones.

Estas cifras han llevado a que voces críticas, como la del concejal Miguel “El Mono” Martínez, denuncien que la inversión en el lote y la construcción supera los $5.000 millones, una cantidad que, a su juicio, no se alinea con los ingresos oficiales del alcalde. Martínez también ha señalado que Pinedo posee tres camionetas de lujo cuyo valor combinado excede los $1.000 millones.

La polémica no solo se centra en el costo de la mansión. Para su construcción, se requirió la edificación de una vía asfaltada de acceso, en una zona previamente sin urbanizar y carente de servicios públicos básicos. Esto implicó inversiones adicionales en acometidas de agua y alcantarillado. A pesar de su ubicación en una zona deshabitada, la propiedad cuenta con estrictas medidas de seguridad, incluyendo la presencia de policías y guardias privados, lo que ha generado críticas ante la persistente crisis de seguridad y las deficiencias en servicios públicos que afectan a gran parte de los samarios.

El alcalde Carlos Pinedo Cuello, integrante de una influyente clase política en el Magdalena, ha sido instado por la opinión pública y los medios a explicar el origen de los fondos para su lujosa residencia, una deuda pendiente que lo tiene “contra las cuerdas”. Su trayectoria política, que inició como inspector de policía y lo llevó a ser concejal por tres periodos, también ha estado marcada por cambios de alianzas y confrontaciones con figuras locales.

La familia de Pinedo también ha estado en el ojo del huracán. Su padre, Miguel Pinedo Barros, reconocido cacique político, fue senador y concejal por diez periodos. Sin embargo, su medio hermano, Miguel Pinedo Vidal, fue condenado en 2012 por la Corte Suprema de Justicia por nexos con grupos paramilitares. Además, en 2015, el Consejo de Estado revocó una pensión de sobreviviente que Carlos Pinedo recibió tras la muerte de su padre, calificándola de ilegal y ordenando la devolución de los pagos.

La mansión de Montecarlo no es solo una ostentosa construcción; se ha convertido en el símbolo de una profunda investigación sobre la transparencia y la probidad en la gestión pública de Santa Marta, exigiendo respuestas claras sobre un patrimonio cuyo origen parece, por ahora, en la sombra.

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